Desde que en agosto de 1976 la sonda automática soviética
Luna 24 volvió a la Tierra ninguna misión espacial ha vuelto a recoger
muestras del suelo lunar. Pero eso está a punto de cambiar a finales de
año con la misión china Chang’e 5. Hasta la fecha solo habíamos visto la
sonda en animaciones y esquemas, pero por fin hemos podido contemplar
el ejemplar de vuelo.
La sonda Chang’e 5 será la nave automática más compleja jamás lanzada
a la Luna. Constará de cuatro módulos distintos que despegarán
conjuntamente: un módulo orbital de sección cilíndrica, el módulo de
reentrada, el módulo de descenso y el de ascenso. El módulo orbital será
usado para frenar el conjunto en órbita lunar. Una vez allí el módulo
de descenso y el de ascenso se separarán conjuntamente del resto de
forma parecida al módulo lunar de las misiones Apolo. Tras el aterrizaje
de alta precisión —de forma similar al de la Chang’e 3—, la Chang’e 5
usará un taladro para excavar hasta los dos metros de profundidad.
Aunque en un principio se vieron animaciones donde se veía un taladro
montado en un brazo robot, finalmente el taladro usará un sistema fijo
cuyo diseño recuerda mucho al de las sondas soviéticas de retorno de
muestras Ye-8-5M (Luna 23 y Luna 24). Las muestras se depositarán
directamente en el módulo de ascenso. Una vez completada la fase de
recogida, el módulo de ascenso partirá hacia la órbita lunar, dejando en
la superficie el módulo de descenso. El módulo de ascenso se acoplará
entonces con el módulo orbital y el módulo de reentrada. Las muestras
pasarán del módulo de ascenso al módulo de reentrada y el módulo de
ascenso se separará y quedará abandonado en órbita lunar (como el módulo
de ascenso del LM del Apolo). Poco después el módulo orbital encenderá
sus motores para abandonar la órbita lunar y dirigirse a la Tierra. En
las cercanías de nuestro planeta se separará el módulo de reentrada, una
cápsula con una forma similar a la de la nave tripulada Shenzhou, pero
de pequeño tamaño, que realizará una maniobra de doble reentrada para
aterrizar en la Mongolia interior china.
Este esquema es mucho más complejo que el usado por las sondas
soviéticas de retorno de muestras Ye-8-5. Estas últimas solo disponían
de una etapa de descenso y otra de ascenso. La de ascenso, con la
cápsula, despegaba directamente de la superficie lunar rumbo a la
Tierra, sin necesidad de tener que pasar otra vez por la órbita lunar y
llevar a cabo acoplamientos adicionales. Entonces, ¿por qué los chinos
no han optado por un sistema similar? Pues porque el ‘truco’ empleado
por las misiones Ye-8-5 solo permitía acceder a una región limitada de
la cara visible de la Luna. La técnica de la Chang’e 5 es mucho más
flexible y permite teóricamente acceder a toda la superficie lunar,
incluida la cara oculta. Obviamente, es una técnica que vale la pena
solo si planeas llevar a cabo otras misiones similares. Y, de hecho,
China ya ha declaro su intención de lanzar la Chang’e 6, una réplica de
la Chang’e 5, a comienzos de la próxima década para traer muestras de la
cara oculta.
Además, por el mismo precio China puede poner en práctica con la
Chang’e 5 la técnica de acoplamiento en órbita lunar (LOR, Lunar Orbit
Rendezvous), que, a nadie se le escapa, podría emplearse en una futura
misión tripulada. Y la experiencia acumulada con la doble reentrada de
la cápsula de muestras también tendría una aplicación clara en un
programa tripulado (recordemos que esta técnica ya fue probada con éxito
en 2014 durante la misión Chang’e 5-T1).
E incluso si China decide no poner un ser humano en la Luna, esta
técnica puede ser aplicada en una misión de retorno de muestras de
Marte, un objetivo que China ha declarado se encuentra entre sus
prioridades para finales de la próxima década. También hemos podido ver
la cápsula de la Chang’e 5, que es prácticamente idéntica a la de la
Chang’e 5-T1, aunque se aprecian ligeras diferencias. Esta cápsula es
una versión a escala de la Shenzhou, a su vez basada en la Soyuz rusa.
La Chang’e 5 despegará a finales de este año desde el centro espacial de
Wenchang mediante un cohete Larga Marcha CZ-5, el lanzador chino más
potente en servicio. Será la primera sonda china que usará este cohete.
Con esta misión China dará un salto de gigante en su programa de
exploración del sistema solar.
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Prof. Abel Esteban Ortega Luna
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