El espectáculo de los anillos de Saturno vistos por la sonda Cassini
La sonda Cassini todavía no ha comenzado la última fase
de su misión, denominada Grand Finale, pero ya se encuentra describiendo
una serie de órbitas
que la llevan muy cerca de los anillos y, además, le permite verlos en
perpendicular con una resolución incluso mayor a la alcanzada durante la
fase de inserción orbital en 2004. El resultado son una serie de
impactantes imágenes que quitan el hipo. Algunas de las más
espectaculares son las correspondientes a la pequeña luna Daphnis —en
español Dafne— en medio de la división de Keeler.
Daphnis es un satélite de apenas 8 kilómetros de diámetro que se
encarga de ‘limpiar’ de restos la división de Keeler, de 42 kilómetros
de ancho, situada en el borde exterior del anillo A (la propia luna fue
descubierta gracias a la sonda Cassini en 2005). Lo fascinante de las
imágenes es que se aprecian los efectos de la gravedad de la pequeña
luna en las pequeñas partículas de los anillos, creando ondas y
perturbaciones como si fueran olas en el mar. No obstante, la gravedad
no explica por si sola muchas de las estructuras que observamos y hay
que tener en cuenta otros fenómenos como fuerzas electrostáticas y la
viscosidad entre las partículas de los anillos. Una de las estructuras
más llamativas es el disco de material que se aprecia en el ecuador de
Dafne, formado por la acumulación de partículas procedente de los
anillos.
Este disco de material es similar al que se encuentra en otras lunas
pastoras de los anillos como Pan y Atlas. Además de las ondas en
horizontal en el plano de los anillos, Dafne también causa distorsiones
verticales, auténticas montañas de partículas que se aprecian
especialmente gracias a la sombra que proyectan durante los equinoccios.
A lo largo de los más de diez años que lleva Cassini en órbita de
Saturno nunca antes se había podido obtener una foto tan nítida de Dafne
y sus efectos en los anillos.
Pero no hace falta centrarse en las lunas pastoras para sentirse
apabullado por la belleza del sistema de anillos. Los primeros planos
del anillo B que Cassini nos ha regalado tienen una resolución de más
del doble de lo conseguido hasta la fecha y son simple y llanamente
alucinantes.
Para entender lo que estamos viendo, el borde externo del anillo B
queda a la izquierda de la imagen. El anillo B está separado del A por
la famosa división de Cassini, el hueco más grande que existe en los
anillos. Este hueco no está provocado por una luna pastora, sino por las
perturbaciones gravitatorias de Mimas, que se encuentra fuera de los
anillos y que también es la causante de la rica estructura que se puede
observar en estas increíbles imágenes. En la siguiente imagen vemos el
anillo A repleto de ondas de densidad, a la derecha, causadas por la
presencia de las lunas Jano y Epimeteo, mientras que a la izquierda se
pueden ver los huecos causados por la influencia gravitatoria de la luna
Pan, que recorre el interior de la división de Encke.
Llama la atención que incluso a esta resolución no somos capaces de
discernir las divisiones más pequeñas dentro de los anillos. Y, además
de los puntos blancos debidos a los rayos cósmicos que impactan en la
cámara de la sonda (no todas las imágenes están procesadas), se ven
zonas alargadas más claras que son en realidad el agrupamiento temporal
de partículas dentro de cada anillo. Estas agrupaciones (denominadas propellers y straws)
se diluyen con el tiempo por los efectos de marea —los anillos están
dentro del límite de Roche— y los choques con otras partículas. Los propellers —’hélices’—se forman alrededor de pequeñas lunas invisibles en las imágenes, mientras que las straws —’pajitas’— son agrupaciones de partículas sin un núcleo más denso.
Y, por supuesto, además de anillos, Cassini sigue fotografiando otras lunas, como vemos a continuación:
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