Chang’e 4: sobreviviendo a la fría noche lunar en la cara oculta de la Luna
Uno de los aspectos más complicados de una misión a la Luna es sobrevivir a la larga y fría noche lunar de dos semanas. Las sondas espaciales no toleran demasiado bien los extremos térmicos. Afortunadamente, la sonda china Chang’e 4 y su pequeño escudero, el rover Yutu 2, cuentan con un generador de radioisótopos (RTG) y un calefactor radiactivo (RHU), respectivamente. Ambos sistemas han sido construidos en colaboración con Rusia y llevan plutonio-238 sintetizado en ese país. La sonda Chang’e 4 alunizó en la cara oculta de la Luna el 3 de diciembre de 2018 e inmediatamente desplegó el rover Yutu 2. Entre el 6 y el 19 de enero el rover dejó de moverse por culpa de las elevadas temperaturas del mediodía lunar. Tras continuar rodando alrededor de la Chang’e 4 y recorrer un total de 44 metros, el rover volvió a pararse y se enfrentó a su primera noche lunar el 12 de enero, mientras que la Chang’e 4 apagó sus sistemas principales un día más tarde. Tanto la Chang’e 4 como Yutu 2 soportaron con éxito los casi –190 ºC de la noche en el cráter Von Kármán (registrados por la propia Chang’e 4).
El rover se «despertó» el 29 de enero a las 12:00 UTC y la Chang’e 4 hizo lo propio el 30 de enero a las 12:39 UTC una vez que el Sol volvió a iluminar las planicies del hemisferio sur de la Luna. Yutu 2 pasó la noche a 18 metros de distancia de la Chang’e 4 en dirección noroeste. La razón de que se despertase antes que la Chang’e 4 es que necesitaba desplegar los paneles solares para recargar sus baterías y disipar el calor sobrante con sus radiadores, ya que los paneles habían sido plegados para aguantar mejor las bajas temperaturas nocturnas. El 3 de febrero Yutu 2 volvió a echarse una siesta por culpa del calor del mediodía.
La pequeña biosfera que la Chang’e 4 llevaba a bordo dentro de un pequeño contenedor cilíndrico de 3 kg dio mucho que hablar cuando se supo que una de las semillas de algodón logró germinar después del aterrizaje tras exponerla a la presencia de agua durante 87 horas. Aunque fuese dentro de una lata, era la primera vez que una planta brotaba en la cara oculta de la Luna. No obstante, todos los seres vivos que llevaba el experimento —el resto de semillas de arabidopsis, patatas y colza, levadura y moscas de la fruta— no sobrevivieron a la primera noche lunar y a las temperaturas de —50 ºC que se alcanzaron dentro del contenedor. Solo después del lanzamiento se supo que la Chang’e 4 no transportaba capullos de gusanos de seda como se había dicho en un primer momento, ya que se prefirió sustituirlos por huevos de moscas de la fruta.
El 30 de enero la sonda LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) pudo fotografiar la Chang’e 4 posada en el cráter Von Kármán de la cara oculta de la Luna. La LRO no pasó sobre el lugar del alunizaje, sino a 330 kilómetros más al este, por lo que tuvo que inclinarse 70º para hacer la fotografía y, como resultado, la Chang’e 4 apenas ocupa un par de píxeles, pero ahí está. La imagen no parece gran cosa, pero ha habido que mover muchos hilos políticos al más alto nivel para que pudiese hacerse realidad. La NASA tiene prohibido cualquier tipo de colaboración con China en asuntos espaciales, así que tomar una imagen de este tipo requiere muchas negociaciones previas y una autorización específica del Congreso. A cambio de tomar la imagen, China ha acordado proporcionar datos a la NASA sobre los tiempos de encendido del motor de la Chang’e 4 durante su descenso. Aparentemente, cuando en 2013 la LRO fotografió la sonda Chang’e 3 en la superficie lunar China no cumplió su parte del trato inmediatamente, lo que volvió a aumentar el recelo entre los dos países.
Por otro lado, el satélite chino Longjiang 2 (DSLWP-2) ha seguido enviando imágenes de la Luna. Este pequeño satélite fue enviado a nuestro satélite junto con su hermano gemelo Longjiang 1 como carga secundaria durante el lanzamiento del satélite repetidor Queqiao, encargado de retransmitir las señales de la Chang’e 4 hacia la Tierra. El pasado 3 de febrero el Longjiang 2 envió una imagen en la que se podía ver la cara oculta de la Luna y la Tierra.
Algunos medios han comentado de forma errónea que estas imágenes del satélite Longjiang 2 son las primeras de la cara oculta de la Luna en la que se puede ver la Tierra, pero esto no es cierto. Recientemente hemos podido ver imágenes similares del satélite retransmisor Queqiao y, hace cinco años, la Chang’e 5-T1 nos mostró imágenes similares de alta calidad. Y eso por no hablar de imágenes parecidas obtenidas por las misiones DSCOVR, Galileo o NEAR. En cualquier caso, sin duda se trata fotografías espectaculares.
0 comentarios: